Las continuas fallas en la señal de datos e incluso en las llamadas de telefonía, ponen en serio desventaja a Claro, el operador dominante en el Putumayo y el que más usuarios tiene.
Han sido numerosas las ocasiones en las caídas de la señal de Internet, lo que molesta a sus usuarios a los que la empresa mexicana no les compensa ni un segundo por las desconexiones, como la ocurrida el pasado viernes que duró más de ocho horas sin servicio.
Los operadores del sistema aseguran que se debe a mantenimientos de los equipos, pero lo curioso es que esas reparaciones, no repercuten en mejorar la velocidad de los datos, ni la calidad, ni las llamadas; cuentos de esas que se caen.
Expertos señalan que es hora, de qué los usuarios evalúen la instalación de nuevas antenas de operadores como Won y Movistar, esta última, que se quedó sin mejor en el Putumayo, para que se muden hacia estas competencias de telefonía móvil.
Claro, no ofrece ni si quiera excusas a los usuarios, que podría perder en masa, ante la falta de una mejor cobertura en datos y llamadas.
Nula capacidad de descarga
Wom, es el operador que viene creciendo con la instalación de antenas potentes en la región, una de estas está por entrar en operación en Mocoa y cubrirían un radio más de 5 km, lo que ofrecería buena competencia, mientras que Movistar, sigue relegada, sin aprovechar “el papayaso” de Claro.
A los usuarios sólo les queda soportar y pagar las costosa facturas a Claro, o decidir descongestionar el operador y pasarse a los otros dos prestadores del servicio.
Otro de los operadores que tienen la obligación de llegar a zonas como el Putumayo, es Tigo, el cual no ha crecido y por eso, no tienen abonados en este departamento.
Toda la problemática en materia de comunicaciones, debería ser abogada por los tres representantes a la cámara, los alcaldes y el gobernador, pero tampoco se oye nada de gestiones por parte de estos.
Estos consumidores llegaron hace una semana a la capital del Putumayo y se incorporaron al cinturón de miseria humana que, deambula por la zona comercial y residencial.
“Los vi cómo se bajaron de un camión que, los trajo a la altura de la vereda Las Toldas” en la vía entre Mocoa y Pitalito, coincidieron en señalar Aura y Luis, habitantes de la zona distante a 6 kilómetros del perímetro urbano.
Habitante mendiga comida
Según sus cálculos estos consumidores, nuevos habitantes de calle, fueron enviados desde Pitalito. Al respecto una fuente comentó a este medio que, sería “un trabajo oculto” de las autoridades de esa ciudad del sur del Huila, para deshacerse de los “viciosos” y ladrones que pululan en las calles laboyanas.
Según la Secretaría de Salud de Mocoa, antes de llegada de estos consumidores de sustancias era de 240, lo que aumenta la cifra a 252 enfermos.
El sector comercial es el más afectado, sus actividades se tornan inseguras. En el caso de los restaurantes los clientes se muestran incómodos por el tránsito de habitantes de calle, en algunos casos “le meten” la mano a su platos.
En la situación que vive Mocoa, no hay reacción de las autoridades, el gobierno municipal que, adolece de una política pública para enfrentar el problema y devolver a sus lugares de origen a los consumidores de drogas que, cada día se hacen más, dándole a la ciudad una imagen de “tierra de zombies”.
La llegada de este nuevo año en la capital de Putumayo en los primeros minutos de celebración fue con mesura.
Llegada las 12:00,hora cero del arenque de los nuevos 365 días, los moconos usaron menos pólvora que en años pasados. Claro está, que las medidas restrictivas a la venta de estos productos peligrosos, contribuyó a que el riesgo de personas se haya disminuido.
En las calles, se pudo observar la quema de los “años viejos”, y el baile de hombres y mujeres recibiendo la nueva época.
Fuegos artificiales
Las autoridades esperan que durante el 1 de enero, el comportamiento ciudadano, el consumo de trago sea moderado y la conducción vehicular sea precaución.
El cierre del parque principal para proteger el alumbrado navideño, actividades culturales, lúdicas y deportivas hacen parte de la nueva visión que quiere darle a este primer día de los carnavales, la administración del alcalde Jhon Jairo Imbachí.
Las actividades se constituye en un motivo para generar conciencia en la cultura de ahorro del agua, que por años los mocoanos, justo en esta fecha han despilfarrado. “El agua se ha convertido en un bien preciado, escaso y costoso para el mundo que está en crisis por cambio climático”, advirtió Marisol González, Secretaria de Educación al hablar de la trasformacion del “día de los inocentes, que en años atrás, incluso terminaba en riñas por enfrentamientos de jóvenes que llenaban bolsas de agua, incluso hasta con hielo, para participar de un juego brusco que llevaba en muchos casos en accidentes fatales como en 2021, donde un niño de 7 años murió arrollado por un vehículo en una calle capitalina.
El desmonte de ‘la fiesta brusca’, de esté 2022, conlleva a la concentración de niños, jóvenes y adultos en zonas como: Coliseo del barrio Las Américas con rumba terapia; la misma actividad en la plazoleta del Hotel Mocoa Samai y en el barrio San Agustin la festividad del “arco iris”, donde se ha invitado a la población a actividades artísticas como la pintura, murales y otras expresiones de arte, donde saldrán a flote los talentos ocultos de la comunidad con el uso de la pintura.
PUTUMAYO TOMA PUTUMAYO
El acueducto municipal de Aguas Mocoa, no suspendió el servicio, mientras que el acueducto comunitario de Barrios Unidos, cerró el despacho de agua por esta jornada, para cooperar en la iniciativa de transformación de la fiesta del 28 de inocentes.
Para muchas mocoanos, el proyecto es visto con buenos ojos, para otros, que pretenden conservar viejas costumbres del carnaval procedente de Nariño, se oponen a las medidas adoptadas por el gobierno local.
La decisión administrativa es calificada por algunos críticos como positiva, dadas las circunstancias vividas por Mocoa el 31 de diciembre de 2017, donde una tragedia ocurrida por el agua, destruyó 7 barrios de la ciudad, afectando otros 17, y que mató a 337 habitantes y otros 77 quedaron desaparecidos, amerita el no despilfarro de agua, ya que la ciudad completa más de 6 años y medio sin resolver totalmente el abastecimiento del líquido en las casas de los mocoanos. A pesar de las obras de las bocatomas, algunos obras hacen falta para superar en definitiva la problemática.
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